
Cuatro años después de prometer títulos, Lawrence Stroll se enfrenta a su momento más delicado en Fórmula 1.
Por NF1 — Análisis
En julio de 2021, Lawrence Stroll lo dejó claro: “El objetivo final es ganar Mundiales”. Aquella declaración, lanzada a las puertas del GP de Gran Bretaña, marcaba el inicio de un ambicioso plan que pretendía llevar a Aston Martin a la cima de la Fórmula 1 en un plazo de cuatro o cinco años.
Hoy, cuatro años después, la fotografía es otra muy distinta.
Aston Martin es séptimo en el Mundial de Constructores tras las tres primeras carreras de 2025. Por detrás de Haas. Por detrás de Williams. Con Fernando Alonso aún sin estrenar su casillero de puntos. Y con Lance Stroll lejos de justificar su plaza en un proyecto que nació para ganar.
El mejor equipo… fuera de la pista
La paradoja de Aston Martin es evidente. Stroll ha construido en Silverstone una de las fábricas más impresionantes de todo el paddock: 200 millones de libras invertidas, un nuevo túnel de viento, equipamiento de última generación y fichajes estelares.
En sus oficinas trabajan nombres de peso: Andy Cowell (ex Mercedes), Enrico Cardile (ex Ferrari), Dan Fallows (ex Red Bull) y, sobre todo, Adrian Newey, considerado el mejor diseñador de la historia de la F1.
Sobre el papel, Aston Martin lo tiene todo. Pero la pista dice otra cosa.
Un coche que no funciona
Los problemas del AMR25 han quedado al descubierto en Bahréin. Fernando Alonso sufrió un incidente insólito: el volante se soltó en plena curva. Y Lance Stroll, realista, dejó una frase que retrata el momento: “Este circuito no es para nuestro coche”.
Lo preocupante es que no es solo un problema de Sakhir. Aston Martin parece haber perdido terreno respecto a sus rivales directos. Y el tiempo juega en su contra.
Fernando Alonso cumplirá 44 años en julio. Lance Stroll, a sus 26, no ha dado señales de poder liderar un equipo campeón. Y la posible llegada de Yuki Tsunoda en 2026, vinculada a Honda, se ha complicado tras su ascenso a Red Bull.
¿Qué le queda a Stroll?
El futuro inmediato pasa por resistir. Confiar en que Adrian Newey y Andy Cowell construyan en 2026 el coche que Aston Martin lleva años persiguiendo. Ese año llegará el gran cambio normativo de la F1: nuevo reglamento de motores y chasis.
Pero hasta entonces, las dudas crecen.
Porque ganar en Fórmula 1 no solo es cuestión de dinero. Es cuestión de tiempo, talento… y resultados.
Y hoy, en Aston Martin, lo que escasean son precisamente los resultados.