
El GP de Miami confirmó lo que ya era una sensación creciente en el paddock: el 2025 de Aston Martin está sentenciado. Con Alonso y Stroll cerrando la parrilla —15º y 16º—, y solo por delante de los retirados, el equipo británico sufrió su peor resultado desde 2023. Pero la clave no está en los puntos, sino en la mirada puesta en el futuro.
Andy Cowell, jefe del equipo, no lo escondió: «Vamos a utilizar el coche de 2025 como banco de pruebas para validar tecnologías de 2026. Si funciona en carrera, funciona de verdad», afirmó ante los medios. Es decir, el AMR25 no es más que una mula de desarrollo con matrícula oficial de F1.
Las mejoras que llegarán a Ímola, Mónaco y Barcelona, algunas forzadas por el cambio normativo sobre la rigidez de los alerones, servirán para afinar herramientas de simulación y validar piezas clave del próximo monoplaza. Ese coche, el de 2026, será el primero con la firma de Adrian Newey, y sobre él recae toda la esperanza de Silverstone.
Mientras tanto, la tabla de puntos pinta en verde oscuro: Stroll es 10º con 14 unidades, Alonso sigue sin puntuar y Aston Martin es séptimo en Constructores, con Racing Bulls y Alpine recortando terreno. En resumen: el 2025 será un año largo, pero en Silverstone ya trabajan para que 2026 sea el principio de algo grande.