
Max Verstappen volvió a reescribir las leyes de lo posible en clasificación. El campeón del mundo voló en el Corniche de Jeddah para marcar un 1:27.204 con una vuelta antológica, una de esas que solo él parece capaz de realizar en los momentos decisivos. Bajo las luces del circuito saudí, y con McLaren dominando hasta ese instante, el neerlandés firmó un primer sector de escándalo y mantuvo el tipo en un tramo final de pura tensión. Resultado: pole y mazazo psicológico.
Mientras tanto, Lando Norris se convirtió en la gran víctima del día. Perdió su McLaren en la curva 4 y terminó contra las barreras. El británico, que apuntaba alto, partirá décimo en una carrera que se le complica desde el inicio.
Carlos Sainz volvió a brillar con luz propia. Colocó el Williams en una fantástica sexta posición, siendo el mejor del resto tras batir a Hamilton y Tsunoda. El madrileño exprimió al máximo el FW47 y confirmó su idilio con los muros saudíes. Fernando Alonso, por su parte, saldrá 13º con un Aston Martin que sigue lejos del grupo de cabeza pero con opciones de remontada si el caos aparece.
La clasificación fue una lección: el coche puede ser determinante, pero el talento aún marca la diferencia. Y Verstappen lo recordó con una vuelta para el recuerdo.