
Carlos Sainz ya empieza a justificar su fichaje por Williams. En Jeddah, el madrileño no solo firmó una sólida carrera hasta el octavo puesto, sino que ejecutó una maniobra estratégica clave para blindar el doble puntaje del equipo.
Cuando Albon sufría el acoso de Hadjar, Sainz se sacrificó: desaceleró para que su compañero se beneficiara del DRS. El resultado fue redondo: sexto y octavo, con seis puntos vitales que colocan a Williams en la lucha por el quinto puesto del campeonato.
La jugada recuerda a la célebre “remolcada” a Norris en Singapur 2023. Pero esta vez el beneficiado fue Albon, y la consecuencia, una declaración de intenciones: Williams quiere jugar en equipo, y con Sainz puede hacerlo.
“El DRS a Albon fue orden del muro”, reconoció Sainz. “No es fácil ceder cuando sabes que te expones, pero funcionó”.
Mientras Ferrari sigue adaptando a Hamilton, Sainz se aclimata rápido al Mercedes de Grove. Más allá de la octava plaza, en Jeddah se vio lo que de verdad vale: liderazgo, lectura de carrera y generosidad estratégica. Williams ya recoge sus frutos.