
Llega el fin de semana más extravagante del calendario de la Fórmula 1: el Gran Premio de Mónaco. Más allá de la pista, la cita del Principado esconde una serie de detalles logísticos, financieros y surrealistas que la convierten en una experiencia única. Desde buzos listos en el puerto hasta motorhomes flotantes y hoteles sobre el mar, Mónaco es mucho más que una carrera.
Por ejemplo, Red Bull desmontó su Energy Station tras Imola, la trasladó por carretera hasta la Riviera italiana y, tras 32 horas de montaje, la instaló sobre una barcaza que navega hasta el puerto de Mónaco. Así crean su cuartel general flotante.
También hay datos que sorprenden: la mitad de los pilotos de F1 vive en apenas un kilómetro cuadrado en Mónaco, atraídos no solo por el clima y el glamour, sino por la ausencia total de impuestos. Eso sí, los franceses como Ocon o Gasly no pueden beneficiarse por un acuerdo fiscal bilateral con Francia.
Y si alguna vez te preguntaste por la seguridad marina, la respuesta es clara: hay buzos profesionales preparados para intervenir si un coche o piezas caen al agua desde la sección del circuito junto al puerto.
Todo esto, junto a helicópteros privados, tasas portuarias de seis cifras y hoteles flotantes como el nuevo Ritz-Carlton Yacht, hacen del GP de Mónaco una mezcla perfecta de velocidad, lujo y secreto.