
El equipo de Silverstone refuerza su proyecto de futuro con otra figura clave de Brackley y sigue perfilando su estructura técnica de cara a 2026.
Aston Martin continúa dando pasos firmes en su ambicioso plan de convertirse en un aspirante real al título de Fórmula 1. Su última incorporación es tan simbólica como estratégica: Gioacchino Vino, exjefe de aerodinámica de Mercedes, se une al equipo de Silverstone.
La noticia se conoció en pleno paddock de Bahréin, mientras Mike Krack y la cúpula de Aston Martin disfrutaban de un momento de calma. En realidad, la ofensiva del equipo británico lleva meses en marcha: primero fueron Loic Serra y Jerome D’Ambrosio rumbo a Ferrari… y ahora es Aston Martin quien pesca en aguas de Brackley.
Un fichaje de presente y de futuro
Vino ocupó el cargo de aerodinamista jefe en Mercedes entre 2018 y 2022, los últimos años gloriosos de la era Hamilton. Fue parte del equipo que diseñó coches campeones… hasta que el cambio de reglamento en 2022 les descolocó por completo.
Tras su salida de Mercedes al final de 2024, Vino aterriza en un Aston Martin que lleva tiempo reforzando su estructura técnica con vistas a 2026. Su trabajo se centrará, previsiblemente, en el desarrollo del monoplaza que acompañará la llegada de los nuevos motores y la entrada en escena de Honda como socio de fábrica.
La sombra de Adrian Newey
Aunque las primeras actualizaciones aerodinámicas del AMR25 podrían llevar ya alguna de sus ideas, el fichaje de Vino está claramente alineado con el proyecto liderado por Adrian Newey, cuya presencia en Aston Martin es cada vez más sólida.
Newey ya advirtió que el gran salto de 2026 estará más condicionado por la normativa de motores que por las soluciones aerodinámicas… pero contar con un especialista como Vino refuerza el músculo técnico de una estructura que quiere dejar de ser promesa para convertirse en amenaza.
Un proyecto en construcción
Aston Martin sigue construyendo su particular dream team técnico. La llegada de Gioacchino Vino es un nuevo aviso al paddock: el equipo de Silverstone no solo quiere a Fernando Alonso en pista, también quiere talento campeón en los despachos y en los ordenadores.
El futuro se juega en 2026. Pero las piezas ya se están moviendo.